Solana Larsen durante su visita al CCCB de Barcelona (Albert García)
La internet de 2016 no tiene nada que ver con la idea original de
la red que teníamos hace veinte años. Por sorprendente que parezca, cada vez hay menos links, los enlaces están siendo reemplazados por comentarios y por “me gusta”.
En este tiempo las grandes corporaciones de internet han conseguido
cambiar los hábitos de la población a la hora de conectarse.
Mientras tanto, el debate sobre cuánto poder deben tener empresas como Facebook o Google sobre las comunicaciones y los datos personales de sus usuarios se está intensificando. El Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB)
ha organizado diversos talleres con el objetivo de reflexionar de forma
crítica y creativa sobre la transformación de internet.
Una de las ponentes invitadas dentro del ciclo “Univers Internet” ha sido la activista por los derechos digitales Solana Larsen. Actualmente es editora de la iniciativa global Web We Want de la World Wide Web Foundation y forma parte del equipo de FASTAfrica. Anteriormente había trabajado en la comunidad internacional de bloggers Global Voices y en la web de debate OpenDemocracy.net.
La red está contaminada”
Solana Larsen
Activista por los derechos digitales en internet
La Vanguardia: Hoy en día se debate sobre la centralidad de la
red, el hecho de que para mucha gente internet se haya reducido a entrar
a redes sociales como Facebook, Instagram y YouTube. ¿Cuáles son los
problemas de esto?
Solana Larsen: Esos usos diarios no tienen que ser problemáticos. Yo
busco en Google cada vez que voy a un restaurante, o si tengo que saber
cómo ir de un sitio a otro. Hay usos que facilitan nuestras vidas
diarias. Pero pienso que también hemos de usar internet de una manera
crítica para informarnos mejor como ciudadanos.
Debemos leer noticias y consultar la prensa, pero también leer otras
fuentes y ser críticos con la información que leemos. De la misma manera
que antes nos sentábamos el domingo con un buen periódico, también
podemos sentarnos frente a la web y visitar cosas nuevas, conocer otros
puntos de vista e información de otros países. En definitiva, usar
internet para informarnos de una manera más profunda.
Solana Larsen ha sido una de las ponentes del ciclo
de conferencias 'Univers Internet' organizado por el CCCB (CCCB, Miquel
Taverna)
Si antes compartíamos la información abriéndonos un blog, parece
que hoy en día para mucha gente este acto de compartir se realice
únicamente a través de redes sociales como Facebook.
¡Todavía se pueden abrir blogs! A mí lo que me importa no es tanto la
plataforma, sino el comportamiento, que la gente esté compartiendo la
información y teniendo un diálogo abierto. Es importante que
contribuyamos a la web, que si sabemos algo lo compartamos, que si
editamos un artículo de Wikipedia, si traducimos algo, etc. Hablo de
cosas tan sencillas como explicar cómo tener flores bonitas en un
jardín, o cómo coser un vestido para un niño. Debemos pensar en cómo
podemos contribuir en internet.
“Facebook sabe tanto sobre nuestras vidas personales que incomoda a la gente cuando lo sabe”
Solana Larsen
Activista por los derechos digitales en internet
Lo problemático de usar una red como Facebook es que es un
lugar cerrado y que viola nuestra privacidad de maneras que ni
entendemos. Sabe tanto sobre nuestras vidas personales que incomoda a la
gente cuando lo sabe. Y no entiendo por qué tanta gente lo permite,
¿por qué se ha convertido en algo aceptable que la mayoría de gente se
sienta incómoda?
Porque a lo mejor no lo saben.
Todavía hay algunas personas que no lo saben, pero la mayoría es
consciente del problema de la privacidad e igualmente deciden seguir
usándolo. Creo que necesitamos organizaciones y movimientos que
defiendan el derecho de los ciudadanos cuando ellos mismos no se
defienden, pero también como ciudadanos hemos de tener herramientas para
poder controlar mejor nuestra propia información, por ejemplo, para
eliminarla definitivamente de Facebook si te decides date de baja.
Antes de convertirse en editora de Web We Want,
Solana Larsen había trabajado en las iniciativas Global Voices y Open
Democracy (CCCB, Miquel Taverna)
Se comenta que algunas redes sociales son capaces de identificar
incluso a aquellas personas que no tienen un perfil. ¿Esto es así?
Sí, es así. Yo casi nunca subo fotos a internet de mi hija de cuatro
años, pero tengo familiares que lo han hecho y, aunque ella no tiene
correo electrónico ni ordenador, ya tiene un perfil en internet. Las
redes sociales y los anunciantes saben que existe esa persona y que
tiene ese nombre, a pesar de que sea menor de edad.
¿Y cómo lo saben?
Por ejemplo, porque las tecnologías que existen hoy en día para
reconocer las caras están muy desarrolladas y un ordenador puede
reconocer la cara de un niño incluso cuando han pasado los años y ya es
adulto. Esto quiere decir que cuando mi hija sea mayor y tenga sus
propias cuentas en todas estas redes sociales, los ordenadores van a
poder conectar su cara como adulta con la cara que tenía cuando era
niña. Su perfil le va a seguir de forma retroactiva.
¿Dónde se almacena este perfil?
Eso es lo que no sabemos. Existen grandes empresas que venden datos a los que venden anuncios, son los llamados data broker.
Estas empresas buscan información por diferentes frentes, la empacan y
la venden. Las tecnologías que utilizan son muy sofisticadas y, muchas
veces, secretas.
En la política norteamericana se utiliza mucho este tipo de
información a la hora de comprar anuncios que solamente se mostrarán en
los ordenadores de aquellas personas que votan a tal o cual partido. Hoy
en día las empresas pueden elegir a qué personas mostrar cada
información o publicidad, dependido de las noticias que leas en internet
y de las búsquedas que hagas se te mostrará una cosa u otra.
Suena poco ético, por no decir que directamente ilegal.
No es ilegal porque no hay leyes. No hay legislación que controle
este tipo de comportamientos. En casi todos los países el desarrollo
tecnológico ha sido más rápido que las políticas para proteger al
ciudadano o al consumidor de este tipo de prácticas.
En casi todos los países el desarrollo tecnológico ha sido más rápido
que las políticas para proteger al ciudadano o al consumidor de este
tipo de prácticas”
Solana Larsen
Activista por los derechos digitales en internet
Se ha demostrado que los servicios de voz de Google y Facebook
pueden llegar a escuchar las conversaciones privadas de sus usuarios.
No se sabe y eso es, precisamente, lo que nos incomoda, porque es
posible. Y si no es posible hoy, lo será en el futuro. La vigilancia en
los supermercados, el escaneo de caras en sitios públicos, anuncios que
no se ven a simple vista, todas esas tecnologías ya se están utilizando o
están listas para utilizarse. Incluso existen juguetes que se conectan
por Wi-Fi, que pueden hablar con el niño y que graban toda la
información en un servidor en otro país. Hay muchas tecnologías que
graban todas nuestras conversaciones, todos nuestros chats. Toda esa
información está grabada en algún lugar, ahora bien, ¿dónde? y, ¿por
qué?
La verdad es que tendríamos que estar muy preocupados. El otro día
leía sobre una nevera que es capaz de enviarte fotos al móvil de su
interior. Cada rincón de nuestra vida, incluso si tienes la nevera vacía
o sucia, se convierte en información, quizás no pública, pero
simplemente no privada. Es información que estamos regalando a empresas
y, como puedes imaginarte, los que venden publicidad para limpiar
neveras van a querer saber quién tiene una nevera sucia.
Público asistente a los talleres y mesas redondas 'Univers Internet' organizadas por el CCCB (CCCB, Miquel Taverna)
¿Qué puede hacer la gente para salvaguardar su privacidad en internet?
Tenemos que educar a nuestros hijos, a nuestros padres y a nuestros
amigos a entender mejor la privacidad en internet. Tenemos que hablar
abiertamente de los riesgos, pero también de las oportunidades. Es una
pena si perdemos nuestra esperanza. Todo esto está hecho por humanos y
podemos cambiar cómo son las cosas.
Todavía pienso que podemos regular este comportamiento, que tenemos
que politizarlo de una manera que forme parte de los movimientos
sociales. Internet es algo muy poderoso y que usamos en todos los
aspectos de nuestras vidas, por eso hemos de cuidarlo. Es como comparar
vegetales orgánicos o con pesticidas. ¿Queremos un internet bueno o
malo? Tenemos que enseñar a la gente a tomar decisiones de forma
consciente.
Tenemos que educar a nuestros hijos, a nuestros padres y a nuestros
amigos a entender mejor la privacidad en internet.Tenemos que hablar
abiertamente de los riesgos, pero también de las oportunidades.
Solana Larsen
Activista por los derechos digitales en internet
Parece mentira cómo ha cambiado internet en solo veinte años.
Antes de que todo se corrompiera y se comercializara nos
maravillábamos de todo lo que podíamos hacer con la red. De cómo nos
podíamos comunicar instantáneamente con otra gente y con el mundo entero
desde nuestro ordenador y nuestro teléfono. Nos hemos acostumbrado
tanto a lo que podemos hacer que ya no lo valoramos, y se nos ha
olvidado que existe un mundo donde eso no es posible, que pueden cambiar
las cosas. Quiero pensar en el ‘qué queremos’ y en el ‘cómo lo vamos a
lograr”. Tecnológicamente, pero también políticamente.